MUERE EL AMOR, VIENE LA VIDA
Los cadáveres del amor saltan
hacía nosotros aún demasiado frescos,
aún laten en ellos la sangre
llena de fluidos del eterno amor carnal.
Sus ojos miran con deseo
los labios gruesos, rosados
bocas anhelantes de besos,
se estrellan y suena el
chasquido del beso profundo y loco.
El amor muere a paso lento,
las caderas se enlazan entre
el deseo y el miedo a perdernos,
te provoco y tú respondes
con un beso de esos de morir,
de convulsionar desde el final
hasta el principio de mis piernas.
Llega La Parca
reclamando el amor que quedó
en la calle tirado
agoniza y contra tú pupila extiende el goce
de la mar al chocar contra la arena.
El mástil hincha sus velas
resucitando un fuego que jamás
creí que en mi cuerpo fuera tan húmedo.
Una oportunidad entre alientos de plata
bajo la luna de agosto de comenzar a derramarnos
de nuevo uno encima del otro;
Una oportunidad de que nuestra carne llena de vida,
se convierta en una bella realidad para devorarnos para
siempre.
“El amor se pierde entre las brumas del tiempo, a veces
resucita y nos abraza de nuevo” Dori.
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