POESÍA JAPONESA
La magnolia tiene un aroma que te deja enamorada, su suave fragancia llega a toda la plaza. Mujeres que charlan al fresco,
Ya estoy desnuda, atada e inquieta. Muerde mi boca, embriágame con el ardor de tus ojo… la tentación hace que muerdas mi c…
Cuando me lo dijeron me quedé paralizada. ¡no podía creerlo! ¿cómo era posible? Había Me senté, lloré, pataleé y grité. Me dieron un valium. Me tranquilicé y con la misma ropa, cogí l...
Las cebras pastan en el atardecer. Estío en África. Sacando el agua la mujer africana.
Aquel día me levanté temprano, ape… Decidí irme a La Alhambra, allí h… Árboles y flores hacían que el fre… Peces rojizos la gente los contempla.
En el requiebro de ese pasional tango tú y yo pegados danzando en el camino de la nostalgia.
Los pies descalzos andando por las nubes las aves vuelan. Van piando tristemente una canción,
No quieres a nadie solo a tu cocaína no sabes querer te abrí una puerta a la libertad tú la cerraste con llave.
Envuelta en humo en la cama tirada los pensamientos salen como una película de mí. Los ojos entrecerrados
De mil colores en el cabello negro, son sus adornos. Su tez blanca embellece con polvo arroz,
Lágrimas de hielo resbalan lentamente, amores perdidos poemas inacabados; un cielo negro
Paseo Mujer del kimono de colores, con qué donaire llevas la sombrill… bajo las bellas shakuras rosas tú pelo resalta su negro azabache.
Estaré de pie no lograrás que caiga ¿Crees que yo no sé cuidarme? Sigo en pie no permitiré que vuelvas a hablarm…
Nostalgia del amor que se fue, en el oro rojo del atardecer espero la noche en la húmeda hierb… Unge mi cuerpo la luna con rayos de plata