POLÍTICAMENTE CORRECTOS
Que pobres nos hemos vuelto,
personas incapaces de comunicarnos,
de decir la verdad, por miedo,
a que alguien se ofenda.
Temor a llamar las cosas
por su nombre.
El humor se quedó en el camino
de los cadáveres de un armario
cerrado con llave.
Duele la boca de sonreír
en este mundo de postureo.
Estamos inmersos en
una locura colectiva,
donde hablar se ha convertido
en un laberinto de palabras
vomitadas intentando que
nadie se ofenda.
Pura visión surrealista
de una fauna como
la del ser humano,
hecha de la miseria
de aquellos que están en el poder.
Los colectivos crecen como
hierba por el prado,
todos pendientes al mínimo
gesto para arrancarte de cuajo,
dejadme hablar, dejadme sentir,
dejadme ser alma inquieta
con espíritu burlón.
Piaciuto o affrontato da...
