Dori Gómez
Tallaré poemas en tu alma en tinta roja versos sentidos, mis palabras te pertenecen allí las dejo para siempre escritos de amor y deseo.
Andando por la calle entre la gente me siento distinta. Mis pies sienten la música de la vida, late entre mis muslos.
Eres el dolor en mi alegria la punta de tu lengua tiene espina… aún así no me importa sangrar si te puedo besar como demente tu mirada fría me calienta.
Si me quieres ayudar hazlo, tendié… si me quieres ayudar no me juzgues… no me dejes destrozada, tirada com… Porque hasta llegar a ti para pedi… el dolor me ha retorcido las entra…
La soledad en las hermosas salas llenas de gente. Llenas de amores rotos, y olvidos negros,
Corre el riachuelo con esa libertad que da la vida. Cantaba el pájaro canciones de pasión,
Ojos del alma azabache cabello nácar su cara En alta mar rompiendo va las olas
Hablan sus ojos, cuentan historias… cuando los abre de par en par veo felicidad en ellos, están tan abiertos que sonríen. Y, ¡Esa mirada de sorpresa!
Te llevo en el bolsillo trasero del vaquero allí detrás de la pantalla del móvil estás tú siempre vienes conmigo
Esa gitana bajo la luna llena está bailando Te quiero dijo ¡Ay! En aquel arroyo.
Mis piernas pisan fuerte en el calor del verano calles solitarias donde los tacones resuenan. Dentro de la falda muslos firmes
Camino por la ciudad, el calor del verano me esta sofocando, necesito aíre, me lo estás quitando.
La noche huele a primavera, a piedra fresca, y a humo lejano de hojarasca. Huele a gato, a farola, a silencio y a montaña.
La rosa carmesí de quien extraigo mi dolor, en la belleza de sus pétalos. Ungiré mis labios, con el rocío de la mañana,
Me desperté al despuntar la aurora, con el olor a soledad. Me encontré con mi pasado, me ha venido de golpe