Cargando...

SOY ACEITE Y LLAMAS

Sintió la sangre correr abrasadora hacia sus bajos
como un sendero liquido
haciendo que se quemara
que la locura del deseo se desatara.
 
Gemidos en un dormitorio
una mano se desliza bajo su camiseta
pellizca sus pezones
los labios besándose con perverso pecado
estremecimientos y mariposas rojas bailando
dentro de sus cuerpos.
 
Mi hermoso amor, siempre tan dispuesto
tan receptivo, tan caliente, tan duro;
soy el aceite que corre por las llamas de tu deseo.

Otras obras de Dori Gômez...



Top