Las monjas me decían
no peques o irás al infierno,
pero recuerdo que besé aquella chica
que fume, mentí
y el infierno no vino por mí.

Cuando miro hacia el pasado
siempre tengo una sensación de remordimientos
siento que he pecado tanto que nadie
podrá perdonarme.

He ido a mil bares
me ha acostado con tantos hombres
y no recuerdo la cara de ninguno,
he bebido hasta caerme al suelo
sucio y lleno de colillas
he estado en callejones inhalando
he muerto y he resucitado.

Nunca he buscado culpables
yo sola pequé ¿por qué todo lo que deseo es pecado?
Padre perdóname
aunque ya no merezca el perdón
aunque ella se meta por mis venas
ya mi calle está cerrada.

Y es que Padre si pecar es confesar
un confesonario seré
así tendré libertad de elegir.

El deseo me come el cuerpo
tómame, muérdeme, cógeme
deja tu saliva en mi piel
lame mi ombligo
fóllame como si el mundo acabara
esto es un pecado venial vulgar.

Soñé que mi vida era hermosa
que mis muslos estaban rebosantes
un espejo reflejaba una sonrisa
y vi que hay sueños que han sido y que no son.

Deseo aparecer siendo otra, pero sin dejar de ser yo
Padre me vestiré de blanco
visitaré el acantilado
miraré el mar y allí expiaré mis pecados
y los de aquellos que me rompieron a pedazos
las autopistas, la sequía, la religión, la distancia, la fiebre, la impotencia, el rencor, el miedo, los golpes, el vacío, el olvido...
Miro al vacío
bailo y sonrío y me creo feliz
cuando la felicidad se fue por la esquina
de aquella calle mal iluminada
con aquellos tíos encima de mí.

Me dejo caer
por fin siento la vida en mí
el mar me abraza y besa mis labios,
me lleva al fondo junto a él.

La sociedad debe mejorar su conocimiento para romper falsos mitos y estereotipos vinculados al suicidio.
Hay un teléfono que funciona las 24 del día horas para prevenir el suicidio, que ya es la primera causa de muerte entre los hombres de 15 a 44 años en la ciudad y la segunda causa entre las mujeres. 900 925 555.