POESÍA JAPONESA
Que te siento en el hueco de mi clavícula y muero. Que mi mano hace una constelación con tu ombligo de centro.
Por la noche hablo al oscuro, iluminado por las estrellas, brillantes como cristales; donde la luz se refleja,
Quisiera hablarte como hablo al cielo a los mil luceros brillando como cristales que les digo:
Siento que mi corazón es naturaleza pura, noto que me vuelvo nube, mar, río de lava, barro, árbol, desierto,
Por la mañana y yo acurrucadita en tu pecho, con la respiración aún agitada y caliente de tu sexo. Me besas con ternura, me dices un… Yo soy el cuerpo donde
Muero de amor al verlo sonreír, el que daría media vida por verme feliz.
Lo que está roto nunca retornará igual. Cuando la decepción te envuelve es difícil de desnudar,
Adrenalina pura me sube por todo el cuerpo con este riesgo de hacer el amor en cualquier lugar que pillamos.
Te conocí por casualidad tú sonrisa me enganchó y no llevaba cinco minutos a tu lado. Me mirabas como
En la cocina aroma a café fuerte, me seduce esta madrugada, se me escapan las miradas, para tocarte por dentro
Cayó el aguacero sobre mí, la lluvia besó mi cara, y pensé en un refrán de mi abuela: cuando los sapos saltan, anuncian… y, aquel sapo había saltado
Vete tú corazón, no hay nada más d… que tu ida. El río Guadalquivir se ensombrece… al mirar el barco que te lleva. Vete tú, que yo no puedo;
Tomo té mirando la ventana, mientras la rutina me mata. No hay nada peor que ver que desde que te marchaste el mundo viaja,
Hay miradas insondables, caes en ellas y ya no puedes salir… Ahí me quedé en tus pupilas, llena de deseo y lascivia. Me sube una fiebre perversa,
Enamorarse es fácil, te quedas enganchada de él sin darte cuenta. Empiezas a sentir que quieres en tu