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La canción de las palmas

Esmeraldas rumorosas,
porciones del patrio suelo  
que os levantáis orgullosas  
para besar amorosas  
el gran zafiro del cielo!
 
vosotras las que mirasteis  
caer el postrer soldado  
que, piadosas, lo arrullasteis,  
y en pie, soberbias, quedasteis  
sobre el campo ensangrentado;
 
en lenguaje misterioso,  
ya que tan alto subisteis,  
contadle al azul radioso  
el secreto doloroso  
de la canción que aprendisteis.
 
Decidle cuánta amargura
vuestro suave arrullo encierra
en su infinita dulzura,
y repetid en la altura
lo que oísteis en la tierra.
 
Que en el viento confundido  
llegó a vosotras un día  
del primer cubano herido  
el lamento dolorido  
que repetís todavía!...

(1912)

#EscritoresCubanos Horas de mi vida

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