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Promesa

En los jardines del Silencio, hermana,  
sembraré mis rosales de armonía,  
y abonaré con mi dolor la fría  
tierra, a la clara luz de la mañana.
 
Puesta en el sol de la Verdad lejana,  
la mirada interior, día tras día  
cuidaré que no prenda su sombría  
cizaña en ellos la maldad humana.
 
Y si la muerte mi labor fecunda  
interrumpe... ¡no importa!, en la profunda  
quietud de mi heredad, libre de abrojos
 
tarde o temprano se abrirán las rosas,  
y recreo serán sus misteriosas  
corolas de otras almas y otros ojos!
Preferido o celebrado por...
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