Te marchas, Montse, y el viento s… tu nombre en cada rincón donde reí… Llevarás contigo las estrellas más… y aquí quedarán tus huellas, tus d… Tu risa, un eco en el aire de agos…
En la quietud del campo, donde el… se viste de colores y susurros, el tiempo se detiene, y en su anda… se encuentran los recuerdos y los… El sol, con su calor, en cada tard…
Oh, pálido espectro en la noche er… silente brisa de un suspiro yerto, tu risa es eco de un amor desierto… tu voz, lamento de un dolor consta… Tus ojos son la sombra fulgurante,
Si quieres que un capullo cambie, mejor ve a Lourdes a pedir un mila… porque ni el tiempo ni el amor hacen de piedra un ramo de flores. El dilema de la mujer no es amor,
Mi amor, eres mi vergel, Un jardín de flores en mi ser. Tus pétalos suaves, un placer, Tu fragancia, un elixir para beber… Tus ojos, dos lagos azules,
Nacen nuevas ilusiones, se renuevan la pasión, los recuerdos son colores que aún brillan en mi voz. Cada día es un suspiro,
No me arredro al saber lo que me e… ni al filo crudo que desgarra el a… pues en su ardor encuentro extraña… y en su dureza, fuerza duradera. Que venga altiva, firme, aunque me…
En las letras se dibuja, como un hechizo escondido, el sentir más encendido que el alma entera refugia. Un verso sutil se arrulla
La belleza es un espejismo, una máscara que oculta abismo. El cisne, símbolo de pureza, es en realidad cruel naturaleza. Sus alas blancas, cual nieve clara…
Su sonrisa es canto que recuerda, al arrullo sutil de un río en calm… y su eco cristalino y melodioso despierta en mí el alba. Su sonrisa es un canto, y en su ri…
Somos polvo en el viento, huellas fugaces que se borran sola… raíz en movimiento; la vida nos enrola, paso breve entre estrellas y amapo…
Bella dama, mi corazón cautivas, Tu belleza divina me cautiva. Tus ojos brillantes, cual soles lu… Iluminan mi alma, cual astros fulg… Tus cabellos sedosos, cual oro dor…
En la llanura infinita, al trote va mi caballo, el cuchillo en el cinto, y el horizonte tan claro. La luna, farol del cielo,
Las sílabas gotean en la sombra, un pulso apenas, un eco sin boca, una brisa que quema sin arder.
Mis ojos van, siguiendo el fuego, bello imán, místico ruego. Brilla su piel,