En la oficina, entre informes y fe… nuestro amor se esconde y florece; un correo tuyo y el día se embelle… tus ojos brillan sobre las flechas… Rivales somos por plazas estrechas…
Mar sereno de mi vida, juventud, mi hora, ahora. Sereno y sin turbulencia, mi corazón se desborda. Flores silvestres en la orilla,
Buscar la luz, temblando en la pen… tejer la claridad en cada herida, sin sombra que el rencor torne más… No abrir los ojos donde sangra el… ni ahondar en los cristales quebra…
En la colina inmortal, donde nací, Mi ventura ha sido tanta, un don s… Entre sus laderas verdes, bajo el… He hallado un tesoro que no tiene… El aire puro y fresco llena mis pu…
El amor no conoce de fronteras, ni espera ser llamado por su nombr… No pide recompensa ni banderas, se enciende sin la luz de un astro… No vive de palabras ni de ruegos,
No es que el amanecer sea mejor que el atardecer, es simplemente que ambos bailan con tiempos distintos. El amanecer despierta al mundo,
En la niebla de la noche, se desli… una sombra que es sueño, un mister… Sonámbula camina, entre susurros y… sus pasos son de luna, su presenci… Con ojos entreabiertos, mira mundo…
En medio de la aspereza, se yergue… La poesía, con su cabeza altiva. Como planta estéril, salvaje y fue… Desafía al mundo, se muestra viva. En un jardín de palabras áridas,
Yo soy el molino, firme en mi esencia, de piedra y madera, mi canto es de antaño. En mi quietud,
En lo profundo del corazón, nace u… La nueva miel del amor, trajo en s… Dulce néctar que fluye con fuerza… Un presente divino, un regalo sin… En cada lágrima, un enjambre de em…
El sol abre el cielo, el sol, despierta los campos, despierta, y abraza los sueños, y abraza, la brisa le canta, la brisa. El río susurra, el río,
Rozar tus labios, como miel de dam… Un dulce néctar que me embriaga el… El eco de tu risa, un cántico lasc… Que despierta los latidos, cual fú… Tu boca, un pórtico donde el place…
Un gorrión se estrelló contra el c… las nubes crujieron como huesos ro… y la ciudad siguió devorándose a s… en la boca de los semáforos muerto… Nadie miró la sangre en el pavimen…
En tus ojos encuentro mi destino, tu sonrisa es el sol que me despie… en cada latido mi alma se inserta, caminamos juntos por el camino. Tus palabras son caricias al vient…
Un muro frío se levanta, de piedra y silencio hecho, el corazón, desprotegido, ha calla… y en su trinchera se ha metido. Las emociones, ya cansadas,