En mi desierto me calmas, eres mi querubín en cada alucinación. /
En mi regocijo gozas conmigo facilitándome tu inclinación. /
En mi perfección tu afecto se hace presente, /
Lloras conmigo en mi triunfo, jamás en mi, eres ausente. /
Esa mirada de hoy y de siempre me busca cada minuto/
Tu ternura es mi cimiento/
Caminas de la mano conmigo a cualquiera lugar/
Me alivias con un buenos días al despertar/
En mi esclavitud nunca me abandonas/
Si jure ganar por ti, y no gane, lo olvidas y me perdonas/
Cuanto caigo, nunca dice que se levante solo/
Con tu risa en los labios me levantas de la mano/
Y tus ojos diciéndome vamos, tu mirada dándome animo/
Esa mirada de ayer, de hoy y de siempre yo necesito/
Quiero esa sonrisa que me lleva al infinito/
Esa fe que hay en tus entrañas deseo tener/
Dentro de mi ser/
Cuanto siento frío y la duda no me deja dormir/
Te llamo y en tu voz puedo reír/
En tu sonreír encuentro mi pretexto/
en ti encuentro la poesía que escribo /
Me alivias cuanto cansado me encuentro/
Me alivias cuanto no puedo, dar un paso más, hacia adelante/
Me alivias en el yermo, en sufrimiento siempre te encuentro/
Para aliviarme, siempre estas reciente/
Cuanto estoy enfermo, no duermes
Por velar por mi /
Te desvelas una noche entera por mi y no te importa
Lo que te pasa a ti/
Cuánto abro los ojos, tu rostro puedo encontrar/
Y digo; un arcángel me cuidó/
Cuanto te traiciono, te molestas unas horas después de olvidas/
Cuanto te ruego clemencia me perdonas/
Oh, ¿Cómo explicar el amor que sientes por mi?/
Siempre me amas con tu ternura de ángel/
Me alivias con la mirada en mi desánimo/
Me alivias con tu sonrisa cuanto pierdo el ánimo/
Me alivias con tu presencia en mi lamento/
Es por ello te amo tanto/
En ti puedo hallar mi regodeo/
No hay nadie en el mundo que me alivie como lo hace tu objetividad/
Contigo no hay rodeo/
Para hallar mi tranquilidad/
Te amo mi dulce Ángel