Viene, me digo siempre. Bella y n… y está a mi lado y viene. Y en la… junto a su pecho, al borde de su p… de su cálida sombra sirviéndose de… Siempre me digo, viene,
Julio: vuelvo a escribirte ahora,… En este oficio amargo de recordar… Llena de estragos hondos y un sino… La que dejó mi vida tendida en su… Izando hasta su cielo las sombras…
Con un silbido derribaré esa puerta, esa ventana; penetraré en tu corazón con un sil… Viene, lo reconoces, de una ancestral maraña, de un pri…
Esta es la casa; es nuestra. Esta es su música; las exigencias… De la vida pasaron por sus habitac… Quemante de sus fronteras; la locu… Una empresa más ancha que sus fuer…
No sé a veces qué somos, si ya cad… Grumo de tierra suena en nuestra m… Si eres mujer o barro de secano, Si yo varón o arena derrumbada. Si tu cara es latido o si semilla,
Así es ella, me dije; es la alegrí… Remota y honda que de pronto llega A despejar el nudo que se debe Desanudar en la penumbra inquieta. Noche y albor, me dije,
Como desde cien años De lluvia, De una respiración embravecida Proveniente de un fondo de vértigo… De un cántaro colorado
El barco de papel en la laguna, como una estrella brilla, frágil,… girando sobre sí, rotando lentamen… sobre un agua de lluvia, a merced… bajo los temporales, inclinado hac…
Debe, allá, estar lloviendo; Sin pausa estar lloviendo, llovizn… En los bosques, Sobre las casas pobres, abotonándo… La noche y mesándose la barba enve…
Nadie podrá saber con precisión Qué gota suya fenece o continúa. Habrá un instante muerto, disecado… Como si el transcurrir se detuvier…
Eso somos: las flechas En un arco tendido, la despreciabl… Las leñas que han de arder en los… Del blanco en La Misión, los hijo… Del vasto infierno de los desierto…
Amor: este es mi padre, Pablo, paraguayo del Norte. Las nervadur… son de tanino rojo. Lo siento avan… callado y alto. Conoce el río y la… Podría hechar a vuelo las campanas…
Era un tren con banderas Aquel tren de mi pueblo; un tren h… Como esos trenes hondos que aran l… De la imaginería popular; tren com… Mínimo y desolado por entre cordil…
Nuestro país (el mío, El que puedo ofrecerte), aquella Dulce tierra violenta, con la fren… Segada y abolida por un aire quema… Donde ochocientos ríos le dan curs…
... Y entonces se fue yendo, Y se fue yéndosele, se le fue El párpado cayendo, Y se le fue la boca, Y se le fue yendo el habla,