Cargando...

IX: Templo de Dilatación

“Eres un gallego que no sabe ir a España estando cerca de allí.
 
“Ya se fueron tus pupilas para no verlas marchitar, ahora es tu cuerpo quien no te quiere ver más, más allá y un poco más no está de más, sólo te quiero ver aquí para mirarte desmayar.
 
“Estoy cansado de decirte que soy la primera ley de Newton, hablaría con tus pupilas si lo desearía, pero no estamos para pedir limosnas.
 
“Prefiero ser pájaro sin nido, porque tus comidas son como veneno para mis armaduras.
 
“No puedo llorar, mas sin embargo, haré que vuelvas a mirar.
 
“No arrugues tu alma si es templo de alguien más, no lo maltrates si no lo compraste.
 
“Esta vida es prestada, mas eres tú quien decide si debes pagarla”.
Otras obras de Emil Cerda...



Top