Llega la mañana
y pasa el sopor de la noche
una estrella se divisa al horizonte
cierro ojos, aspiro profundo
y se que eres tú quien está por delante
latente en mi espacio
contemplación de mi subconsciente
pronuncio tu nombre en círculos
y repaso nuestros trazos sobre las sábanas
sí, pienso en tí sin remedio
hasta que el sol llega al poniente
entibiándome con sus rayos
como tu piel solía mantenerme caliente.