Cuando caiga en la calle, en la esquina de Furor y Emboscad… se escuchará de mis labios: mis hijos, se llegó el momento de… Extiéndanme en el piso.

Cansado de que el viento me sacudi… de que se enseñoreara sobre mí decidí una madrugada soltar deliberadamente una de mis… Llevé todas mis energías

Tan sencillo como esto: vivir indignamente entre algodones (que llegan al oído para tapiar al yo, para dejarlo sin nexos con el mundo),

Tras de saberlo, apuro los venenos de la imaginación, que me proyecta un diálogo de manos y de senos, mientras acá una herida se me infe… Cuando siembras de cielo los ajeno…

Eras, dentro de mí, de carne y hue… Duplicada en mi ser, yo te vivía. Negando la distancia, se podía vivir tu boca y revivir tu beso. Mas hube de limar barras de preso:

Todo lo introducía bajo la almohad… Su temor. Las miradas ambiguas de Doña Marg… El juego de palabras con el que se regodeaban

Tu queja, tu movimiento perpetuo, tu chirrido que es la voz del primer fantasma de la casa, se vive tarareando todo el día

Después de descifrar el himensaje que puvislumbra el ojo cuando espí… la intihumedad caliente de tu estr… me sé medicorrecto en blanco traje… Receto pomamadas y masaje,

Hecho indiscutible; los poetas envidiosos se van a ir al infierno. La tristeza por el poema ajeno va a ser castigada con lujo

Como una dura exhalación volante cruza del aeroplano la silueta. Baja un paracaídas y un poeta y prosigue su ruta trashumante. El lírico despojo, luz mediante,

Hay una infinidad de fragancias po… en las flores que crecen en el Nue… El olfato puede extasiarse aquí re… la mayor galería de perfumes del globo terráqueo.

Que ya terminó la historia. Que ya nos podemos ir a nuestras c… Que ya debemos recogernos en la pi… Que vivimos en el mejor de los mun… Que ya.

Tras de mi nacimiento, saltando con mis células, creciend… pude ascender al punto en que oyendo las voces del camino… los murmurios finísimos de un polv…

Ni roto altar, sino prisión desier… Pero no solamente te evadiste de l… palpitación del pulso, de la ofert… en que el tiempo, el espacio y lo… Cambiaste tu mazmorra por la puert…

Surcando un marmonioso, la navela semeja un aveloz de plumarina. La lluviáspera ladra, huracanina, y el fuerte pescador se redesvela. El barcófago deja su piestela