Lo que nos une
Ella fue desvistiéndose cual margarita en manos de un enamorado,
como un árbol en otoño,
como una cebolla en manos de cocinera.
Despojó sus prendas de vestir
abandonándolas de su piel,
dejándolas caer sutilmente en la tierra,
mostrando un cuerpo tan distinto a los demás,
tan magnífico, tan gozoso y deleitable.
De a poco, mi Eva fue recorriendo nuestro Edén,
nuestro paraíso construido a nuestro parecer,
un paraíso que nos ve a los dos juntos,
embriagados en nuestro propio placer.
Viene hacia mí, desnuda, en su estado natural,
esperando que beba su néctar
y nos inundemos en un torrente de pasión y amor.
Una vez zambullidos en el océano de los besos,
lenguas ansiosas comienzan a surgir,
explorando dimensiones,
conociéndose cada vez más,
conquistando lugares tangibles, traspasando los límites geográficos.
De pronto, manos con extrema libertad aparecen,
y recorren fogosas
ambos cuerpos oscilantes.
Con ojos siempre cerrados,
nos conocemos sin sosiego,
y comienzo a socavar su piel,
dejando al descubierto un alma sincera,
estremecida de lo que vivimos sin cesar.
El calor ardiente nos va consumiendo
en una atmósfera colmada por el delirio,
creada por nosotros con un amor frenético y jubiloso,
inmortales el uno y el otro.
(2012)
Este poema trata sobre dos seres completamente atraídos por el amor que se tienen mutuamente, que cuando se juntan y nadie los ve, provocan un frenesí de amor y un éxtasis de deseo ansioso de cumplirse.
Al hacer ésta poesía, me inspiré en un poema de Pablo Neruda llamado "8 de Septiembre".
Piaciuto o affrontato da...
