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¡Nunca les importé!

Nunca les importé un bledo siempre fui un estorbo para ellos, falsos, piratas que solo saben navegar en el mar de la hipocresía, disfrazan su envidia con condescendencia, sus mentiras con falsas verdades, su odio con amor.

No les importó nunca como me sentía, no les importó drenar todo lo que podían sacar de mi cuando podía porque sabían en el fondo que yo iba ser efímero en sus vidas así no les importaba saquear todo de mi en el poco tiempo que estarían en vida, derrochando todo mi amor, lealtad, compasividad e ingenuidad, entrega y compromiso. Dejándome vacío, con muchas confusiones y con una gran escasez de “Amor propio”.

Y no los odios por eso, me odio a mi, odio mi existencia, me odio por creer en ellos, que me ofrecieron su falsa amistad como limosna y yo lo acepté como un mendigo falta de amor...

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