A mi compañera
A mi compañera de sentidos
le dedico las palabras nativas
de esta humilde siempreviva
que no tiene más que tenues aullidos.
A mi compañera del desorden
y del desdén que sufrimos
aquellos carontes malheridos
le digo: a mi vida le dió orden.
Yo sufro el silencio atroz
de las miserables almas
que no tienen mayores calmas
que el ruido lacrimoso de un tejaroz,
y extiendo lontananzas
para abrir un vuelo que esperance
al ave blanquecino que se lance
a recorrer mis infinitas añoranzas.
a mi compañera, querida compañera
le debo abrazos y tristes faroles,
siento culpa al definirla entre bemoles
a mi compañera, a mi querida compañera.
