La Carmen está bailando por las calles de Sevilla. Tiene blancos los cabellos y brillantes las pupilas. ¡Niñas,

La Tarara, sí; la tarara, no; la Tarara, niña, que la he visto yo. Lleva la Tarara

En la mitad del barranco las navajas de Albacete, bellas de sangre contraria, relucen como los peces. Una dura luz de naipe

Cuando yo me muera, enterradme con mi guitarra bajo la arena. Cuando yo me muera, entre los naranjos

Suben por la calle los cuatro galanes. Ay, ay, ay, ay. Por la calle abajo van los tres galanes.

La primera vez no te conocí. La segunda, sí. Dime si el aire te lo dice.

He cerrado mi balcón porque no quiero oír el llanto pero por detrás de los grises muro… no se oye otra cosa que el llanto. Hay muy pocos ángeles que canten,

Hacia Roma caminan dos pelegrinos, a que los case el Papa, mamita, porque son primos,

Si muero, dejad el balcón abierto. El niño come naranjas. (Desde mi balcón lo veo). El segador siega el trigo.

Hacia Roma caminan dos pelegrinos, a que los case el Papa, mamita, porque son primos,