#EscritoresAndaluces #EscritoresEspañoles #EscritoresGranadinos #Generación27 #PoemaDelCanteJondo
La tarde equivocada se vistió de frío. Detrás de los cristales, turbios, todos los niños, ven convertirse en pájaros
Hacia Roma caminan dos pelegrinos, a que los case el Papa, mamita, porque son primos,
Por las ramas del laurel vi dos palomas oscuras. La una era el sol, la otra la luna. «Vecinita», les dije,
De los cuatro muleros que van al campo, el de la mula torda, moreno y alto. De los cuatro muleros
La primera vez no te conocí. La segunda, sí. Dime si el aire te lo dice.
Odian la sombra del pájaro sobre el pleamar de la blanca meji… y el conflicto de luz y viento en el salón de la nieve fría. Odian la flecha sin cuerpo,
Sábado. Puerta de jardín. Domingo. Día gris. Gris.
En las torres amarillas, doblan las campanas. Sobre los vientos amarillos,
El grito deja en el viento una sombra de ciprés. (Dejadme en este campo, llorando). Todo se ha roto en el mundo.
Crótalo. Crótalo. Crótalo. Escarabajo sonoro. En la araña
La Lola canta saetas. Los toreritos la rodean, y el barberillo
Caña de voz y gesto, una vez y otra vez tiembla sin esperanza en el aire de ayer. La niña suspirando
Mi manzano tiene ya sombra y pájaros. ¡Qué brinco da mi sueño de la luna al viento! Mi manzano
Sobre el cielo verde, un lucero verde, ¿qué ha de hacer, amor, ¡ay!... sino perderse? Las torres fundidas
Veinticuatro bofetadas. Veinticinco bofetadas; después, mi madre, a la noche, me pondrá en papel de plata. Guardia civil caminera,