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Oda a la noche

Eres el refugio de almas malditas,
cuando la mente grita pero el corazón calma,
tienes cuartada: la luna y las estrellas,
tan poderosas e inmaculadas posan desnudas.
 
Siendo el hilo que teje mis sueños,
cuando estoy dormido o cuando estoy despierto,
y para ser sincero ya no cuento los años
ni me miro al espejo ni me inquieto tanto.
 
Todos descansan a tu mirada inquilina.
¿A dónde has ido mientras despierto ando?
Tú no eres eterna y el sol casi ilumina.
¿En dónde te escondes cuando estoy vagando?
 
Cae una brisa suave que desde el cielo mandas,
sobre las flores intactas que un día fuimos,
yo no recuerdo pero mi mente aclaras
y cuando por fin recuerdo no paramos de reírnos.

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