Recorre el cielo oscuro, la noche más larga. Las estrellas al noroeste no las vuelvo a ver. La luna, detrás de la montaña,
No se puede ser feliz sin ninguna compañía yo sé de las tristezas y de las noches frías Sé de flores y de estrellas
Mente eterna, infinita e ilimitada ha creado toda la naturaleza no a su imagen y semejanza ¡mejor!, a su conciencia. Con fe, fuerza y grandeza
Que gran locura esa la mía, la de querer ser todos y no ser ninguno. Que gran locura esa la mía, la de creerme rey
Me he cegado, me he cegado a mí mismo para ver la verdad tal cual es: oscura.
Siempre habrá más poesía que poeta… y menos poemas que poesía; porque la poesía cae del cielo y brota de la tierra.
Mi yo individual ha muerto ¿Quién soy yo, sino tú? Yo soy el todo y la nada Soy el nulo El improbable
Como en un sueño tan lívido y tan liviano, viajaba sobre las alas de un águila ahora extinta, y mientras el vuelo
Sobre el cielo oscuro a las tres de la mañana. Sobre tu cuerpo desnudo que la brisa emanaba. La otra noche fue un triunfo.
No te detengas cree en ti no mires el pasado ni el dolor que estuvo ahí Camina o arrastrate
Huir de esta realidad ajena huir con alas de Ángel huir hacía el abismo o hacía la luz colmado de penas ajenas
Mascara de la noche, velo secreto que oculta mi rostro. Inocente, inasible e inocuo. ¡Oh!, déjame ver tu esplendor. Libera en mi el deseo y la impacie…
Me vi mirándome desde lejos, inmóvil se me termino el día, paralizada la noche vio mi rostro, ante un espejo casi imperfecto. ¿Qué he de amar?
El poeta es una espada degollador de mentiras que a la naturaleza ama y que por una flor lloraría
He nacido no del viento del suelo comprendo tu dolor porque yo soy dolor por dentro. La flor que se ha marchitado