Hoy, me ha sorprendido
un extraño suspiro antiguo,
con el aroma del mustio Cupido
que ya está en omisión.
Este nómada sentimiento,
me ha puesto en aprietos,
me hace divagar en el tiempo
recordando al patético romanticismo,
me he vuelto un sátiro sin instinto.
El crimen del idilio
fue ser deleznable e inepto
por su lozanía e inopia
el verdugo existencial
a dictado, la perpetua condena.
He pensado en tu albedrio
ahora es mi hastió
la gran saeta de Cupido
es ceniza de olvido
que se ha incrustado en mi corazón
y me ha dejado un neutro sabor.