#Mexicanos #Soneto
¡Madre, madre, aquí estoy.! Cuand… como bohemio errante dejé tu paraí… y fui de gente en gente y fui de Corte en Corte; de los soles de Oriente a las brum…
Azul cobalto el cielo, gris la lla… de un blanco tan intenso la carret… que hiere la retina con la blancur… de la plata bruñida que reverbera. Allá lejos, muy lejos, una palmera…
Los árboles negros, la vereda blanca, un pedazo de luna rojiza con rastros de sangre manchando la… Los dos, cabizbajos,
Este es el muro, y en la ventana que tiene un marco de enredadera, dejé mis versos una mañana, una mañana de primavera. Dejé mis versos en que decía
Desperté de mis sueños al dolor de… y hallé de mi pasado todo el derru… y vi mis viejos libros como el arm… a quien no quiso detener en su int… Parte de mi existencia a la suya v…
También el alma tiene lejanías; hay en la gradación de lo pasado una línea en que penas y alegrías tocan en el confín de lo soñado: también el alma tiene lejanías.
En otros tiempos, tiempos mejores, los dos cumplimos nuestro deseo, y sin querernos, de unos amores urdimos ambos el fantaseo. Los dos mentimos: ¡dulce mentira!
El pastor su rebaño en el redil en… y del prado brumoso viene una voz… es aguda en la esquila y grave en… Una niebla de ensueño se extiende… El cobre del ocaso se funde en roj…
¿Para qué contar las horas de la vida que se fue, de lo porvenir que ignoras? ¡Para qué contar las horas! ¡Para qué!
De toda tu belleza en mí solo perd… entre el deslumbramiento de la int… de la cal luminosa que tus muros e… la queja de una copla que los aire… y en el calcinamiento de la estéri…
En la calle silenciosa resonaron mis pisadas; al llegar frente a la reja sentí abrirse la ventana. . . ¿Qué me dijo? ¿Lo sé acaso?