Una paloma al volar su dorado pico abría; todos dicen que me hablaba, pero yo no le entendía. Dame las alas, paloma,
¡Qué extraño es lo mismo! Descubrir lo mismo. Llegar a lo mismo. ¡Cielos de lo mismo! Perderse en lo mismo.
Me empiezan a desbordar los aconte… (quizá es eso) y necesito tiempo para reflexionar (quizá es eso). Se ha desplomado el mundo.
Hora extraña. No es el fin del mundo sino el atardecer. La realidad, torre de Pisa,
Háblame de las calles y de la nochería submarina, que mece allá abajo su cielo. Y el firmamento aquel
L a majestad de ser abre el vuelto… altiva luz del mundo, alta gloria… Abres, porque te place, el mediodí… ¡Infausta hora la que dejes olvida… Pues tú, Dios displicente, no est…
Tu cuerpo, el mundo, corre. Mis ojos, el mundo, también. Nadie ama dos veces con los mismos… Contemplar: confluir.
La luz final hará ganado lo perdido. La luz que va guardando las ruinas del olvido. La luz con su rebaño
Acata la hermosura y ríndete, corazón duro. Acata la verdad y endurécete
Manantiales del agua ya perenne, profunda vida abierta en tus ojos. Convive en ti la tierra Poblada, su verdad
Navegar, navegar. Ir es encontrar. Todo ha nacido a ver. Todo está por llegar.
Qué difícil es coordinar una mano como una aureola de santo en la cabeza y otra en un plano perpendicular
Qué bien barres mis sueños, cabeza de bruja, cabeza de escoba. ¿Andas arriba o abajo? Levantas polvo, levantas bronca. Buscas debajo de la cama
No soy el viento ni la vela sino el timón que vela. No soy el agua ni el timón sino el que canta esta canción. No soy la voz ni la garganta
Una tarde con árboles, callada y encendida. Las cosas su silencio llevan como su esquila. Tienen sombra: la aceptan.