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Embriaguez de palabras.

Doy gracias al Dios que me hace amarte así.

La luna se reía de nosotros.
Parece tan joven como el dígito de nuestra senectud.
Parimos vida, esperanza y la locura.
 
De dulces melodías,
entre canto y embriaguez,
borrachera de alegría,
nos dimos cuenta de la insensatez
que existe en la filosofía.
Paradoja de la ciencia y
quién sabe... de la vida.
 
La luna no quería dejar de adormecer
a aquellos seres
que en miércoles o viernes,
son familia, vida misma, acto per se.
 
Descubrimos los misterios del tiempo y la agonía,
aprendimos que el dolor es el abono de la vida,
que sueltas personas, te despides de los vinos.
Que la vida sigue, se transforma.
Dejas etapas y empieza otra.
 
Que quien antes dio calor ahora es una foto fría.
Aprendes a soltar las manos
a volar en el tranvía.
 
Te dejas abrazar por otros,
por otro ser de luz que embriaga el alma,
por quien de veras vale  dar la vida.
Es así como concluyo, soy y seré poesía.

Piaciuto o affrontato da...
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