No quise que la mirada triste algún día me hiciera frente en el espejo, ya que me recordaría lo difícil que era soltar tu mano, y solo te deje partir, pero mi indecisión no me supo decir que te tenia, me llevo a tomar una decisión en esa dirección en donde no sabía si era tuya, si le pertenecía o solo desaparecería.

Los momentos mutuos siempre se hicieron presentes, siempre estuvieron ahí y con tu voz en guitarra una armonía se hacía, y que cobardía la mía, nunca existió ningún guion, nunca hubo reglas ni restricciones, porque ni yo sabía que era lo que quería.

Tu reacción llego y me abrazaste en un instante y me detuviste el corazón, una respuesta llego y sin anticipación yo te rompí en pedazos el tuyo, y que osadía si tú eras mi mejor compañía, mi equilibrio, eras la que me complementaría.

Jamás se esfumo mi admiración y a veces confieso que te veía, así descubrí tu última canción y mientras me conmovía una historia emitía, porque por supuesto que me antecedía, porque hace ya un tiempo tus letras eran mías, mil canciones me componías y de esa manera le ponías punto final a una historia que nunca supo cuando empezó, pero si cuando termino.

Y hoy dedicarte mis palabras quizás no tengan ya un sentido para ti, pero lo tienen para mí, porque un escrito para mi significa más que tinta en un papel, porque esta es mi disculpa, porque te mereces ser la magia que eres y que mis palabras estén a la altura de tus canciones, porque mi recuerdo no olvida, y de aquí un perdón se me sale, un te deseo lo mejor, y un para siempre antecede en la historia.

G.