#Chilenos #Mujeres #PremioNobel #SigloXX (1924) Canciones Ternura cuna de
-«Jugamos nuestra vida y bien se nos perdió. Era robusta y ancha como montaña al sol; Y se parece al bosque
Le he encontrado en el sendero. No turbó su ensueño el agua ni se abrieron más las rosas; abrió el asombro mi alma. ¡Y una pobre mujer tiene
—No te entiendo, mama, eso de ir esquivando las casas y buscando con los ojos los pastos o las mallacas. ¿Nunca tuviste jardín
Esta alma de mujer, viril y delica… dulce en la gravedad, severa en el… es una encina espléndida de sombra… por cuyos brazos rudos trepara un… Pasta de nardos suaves, pasta de r…
El sol de Abril aun es ardiente y… y el surco, de la espera, respland… pero hoy no llenes l’ansia de su s… porque Jesús padece. No remuevas la tierra. Deja, mans…
¿En dónde tejemos la ronda? ¿La haremos a orillas del mar? El mar danzará con mil olas haciendo una trenza de azahar. ¿La haremos al pie de los montes?
Es la noche desamparo de las sierras hasta el mar. Pero yo, la que te mece, ¡yo no tengo soledad! Es el cielo desamparo
—Pende en la comisura de tu boca, pende tu confesión, y yo la veo: casi cae a mis manos. Di tu confesión, hombre de pecado, triste de pecado, sin paso alegre,
Mi amigo me escribe: “Nos nació u… La carta esponjada me llega de aquel vagido; y yo la abro y po… el vagido caliente en mi cara. Les nació una niña con los ojos su…
Cristo del campo, “Cristo de Calv… vine a rogarte por mi carne enferm… pero al verte mis ojos van y viene… de tu cuerpo a mi cuerpo con vergü… Mi sangre aún es agua de regato;
Padre: has de oír este decir que se me abre en los labios como… Te llamaré Padre, porque
Madre, cuando sea grande, ¡ay..., qué mozo el que tendrás! Te levantaré en mis brazos, como el zonda al herbazal. O te acostaré en las parvas
Amarás la belleza, que es la sombr… No hay arte ateo. Aunque no ames… No darás la belleza como cebo para… No te será pretexto para la lujuri… No la buscarás en las ferias ni ll…
Vuela un olor delicado y tímido y placentero, delgado como la brisa, íntimo como el aliento. Lo había olvidado andando
Corderito mío, suavidad callada: mi pecho es tu gruta de musgo afelpada. Carnecita blanca,