Un pequeño candil
Un pequeño candil colgado de la viga,
una lumbre encendida todo el día,
el crepitar de troncos, la noche adormecida,
el nacer de la aurora y la mañana fría.
Unidos en un mundo oscuro y primitivo,
buscábamos la noche al clarear el día,
matábamos los sueños con un débil suspiro.
No importaban las horas, el tiempo las mecía.
Fuimos puros, salvajes, de costumbres sencillas.
En un bosque lejano montamos un hogar
al lado de un regato de aguas cristalinas,
apartados del mundo, un remanso de paz.
El tiempo, imperturbable, se fue por la quebrada
de las horas sin uso, colgadas del vacío.
Nos dejó el embeleso de los gozos pasados
al verdor de los prados y en la orilla del río.
Las Matas, 12 de junio de 2021
