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Interior

Las cosas que entran por el silencio empiezan a llegar al cuarto. Lo
Sabemos, porque nos dejamos olvidados allá adentro los ojos. La
Soledad llega por los espejos vacíos; la muerte baja de los cuadros,
Rompiendo las vitrinas de museo; los rincones se abren como
Granadas para que entre el grillo con sus alfileres; y aunque
Nos olvidemos de apagar la luz, la oscuridad da una luz negra más
Potente que eclipsa a la otra.
 
Pero no son éstas las cosas que entran por el silencio, sino otras
Más sutiles aún; si nos hubiéramos dejado olvidada también la boca,
Sabríamos nombrarlas. Para sugerirlas, los preceptistas aconsejan
Hablar de paralelas que, sin dejar de serlo, se encuentran y se besan.
Pero los niños que resuelven ecuaciones de segundo grado, se
Suicidan siempre en cuanto llegan a los ochenta años, y preferimos
Por eso mirar sin nombres lo que entra por el silencio, y dejar
Que todos sigan afirmando que dos y dos son cuatro.
Preferido o celebrado por...
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