#EscritoresArgentinos
La calle pasa con olor a desierto, entre un friso de negros sentados sobre el cordón de la vereda. ¡Calor! ¡Calor! El candombe le...
Se miran, se presienten, se desean… se acarician, se besan, se desnuda… se respiran, se acuestan, se olfat… se penetran, se chupan, se demudan… se adormecen, despiertan, se ilumi…
Frescor de los vidrios al apoyar la frente en la ventana. Luces trasnochadas que al apagarse nos dejan todavía más solos. Telaraña que los alambres tejen sobre las azoteas. Trote hueco ...
La hélice deja de latir; así las casas no se vuelan, como una bandada de gaviotas. Erizadas de manos y de brazos que emergen de unas mangas enormes…
La luna, como la esfera luminosa del reloj de un edificio público. ¡Faroles enfermos de ictericia! ¡Faroles con gorras de “apache”, que fuman un cigarrillo en las esquinas! ¡Canto hum...
Los surtidores pulverizan una lasitud que apenas nos deja meditar con los poros, el cerebelo y la na… ¡Estanques de absintio
¿Te molesta que roa tu techo, tu silencio? Pero dime —si puedes— ¿qué haces,
Lo palpable lo mórbido el conco fondo ardido los tanturbi… las tensas sondas hondas los reflu… y sus pistilos núbiles contráctile… y sus anexos nidos
Gracias aroma azul, fogata encelo. Gracias pelo
Nunca he dejado de llevar la vida humilde que puede permitirse un modesto empleado de correos. ¡Pues! mi mujer —que tiene la manía de pensar en voz alta y de decir todo lo que le pasa p...
De vértices quemados de subsueño de cauces de preausenc… de complejos de niebla de gris san… de soterráneas ráfagas de ratas de… con su animal doliente cabellera d…
A lo fugaz perpetuo y sus hipoteseres a la deriva al vértigo al sublatir al máximo las reverber… al desensueño al alba a los cornub…
Y para acá o allá y desde aquí otra vez y vuelta a ir de vuelta y sin alie… y del principio o término del prec… hasta el extremo o medio o resurre…
Blanca de blanca asfixia y exangüe blanca vida, a quien el blanco helado nevó la blanca mano de blanca aparecida,
En lo alto de esas cumbres agobian… hallaremos laderas y peñascos, donde yacen metales, momias de alg… peces cristalizados; pero jamás la extensa certidumbre