#EscritoresEspañoles
El corazón, la fruta de mi pecho, cada día se pone más sabrosa. Yo creo que la luna es una rosa que huele por la tarde a mar. Aún cuando te veo, me emociono.
Soy la araña de España que ni pica ni araña, bailo flamenco
La pata mete la pata La pata desplumada, cua, cua, cua, como es patosa, cua, cua, cua,
Cuando un árbol gigante se suicida… harto de estar ya seco y no dar pá… sin esperar al hombre que le tale, sin esperar al viento, lanza su última música sin hojas?s…
Soy como esa isla que ignorada, late acunada por árboles jugosos, en el centro de un mar que no me entiende, rodeada de nada,
En el árbol de mi pecho hay un pájaro encarnado. Cuando te veo se asusta, aletea, lanza saltos. En el árbol de mi pecho
Se dibuja un redondel con un lápiz o un pincel, con mucho pelo, mucho moño, ojos, cejas y un retoño; nariz chata de alpargata,
El dolor envejece más que el tiemp… este dolor dolor que no se acaba, y que te duele todo todo todo sin dolerte en el cuerpo nada nada… A tantos días de dolor se muere un…
La oveja La oveja bala, (a base de balidos las ovejas se comunican con sus vecinos).
El amor te convierte en rosal y en el pecho te nace esa espina robusta como un clavo donde el demonio cuelga su uniform… Al tocar lo que amas te quemas los…
Yo como Tú comes El come Nosotros comemos Vosotros coméis
La gente dice: «Pobres tiene que haber siempre» y se quedan tan anchos tan estrechos de miras, tan vacíos de espíritu,
No te duermas, Hijo, que están los pastores. Ellos te traen quesos, ellos te traen flores. Hijo, no te duermas,
Duérmete, mi gata Chundarata, se han dormido los juguetes y tú sigues dando la lata. Duérmete, que es la una. Duérmete, mi cascabel
Soy alta; en la guerra llegué a pesar cuarenta kilos. He estado al borde de la tuberculo… al borde de la cárcel,