(1581)
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No en bronces, que caducan, mortal… Oh católico Sol de los Bazanes (Que ya entre gloriosos capitanes Eres deidad armada, Marte humano)… Esculpirá tus hechos, sino en vano…
Tras la bermeja Aurora el Sol dor… Por las puertas salía del Oriente… Ella de flores la rosada frente, Él de encendidos rayos coronado. Sembraban su contento o su cuidado…
¡Oh excelso muro, oh torres corona… De honor, de majestad, de gallardí… ¡Oh gran río, gran rey de Andaluc… De arenas nobles, ya que no dorada… ¡Oh fértil llano, oh sierras levan…
Una moza de Alcobendas Sobre su rubio tranzado Pidió la fe que le he dado, Porque eran de oro las prendas; Concertados sin contiendas
Del León, que en la Silva apenas… O ya por fuerte o ya por generoso, Que a dos Sarmientos, cada cual g… Obedeció mejor que al bastón grave… Real cachorro y pámpano suave
Alta esperanza, gloria del estado, No sólo de Ayamonte mas de España… Si quien me da su lira no me engañ… A más os tiene el cielo destinado. De vuestra Fama oirá el clarín do…
Érase una vieja de gloriosa fama, amiga de niñas, de niñas que labran. Para su contento
La dulce boca que a gustar convida Un humor entre perlas distilado, Y a no invidiar aquel licor sagrad… Que a Júpiter ministra el garzón… Amantes, no toquéis, si queréis vi…
Deja el monte, garzón bello, no fí… Tus años dél, ni nuestras esperanz… Que murallas de red, bosques de la… Menosprecian los fieros jabalíes. En sangre a Adonis, si no fue en…
El que a su mujer procura Dar remedio al mal de madre, Y ve que no la comadre Sino que el Cura la cura, Si piensa que el Padre Cura
Vuela, pensamiento, y diles A los ojos que te envío Que eres mío. Celosa el alma te envía Por diligente ministro,
En tenebrosa noche, en mar airado Al través diera un marinero ciego, De dulce voz y de homicida ruego, De sirena mortal lisonjeado, Si el fervoroso celador cuidado
Poco después que su cristal dilata… Orla el Dauro los márgenes de un… Cuyas plantas Genil besa devoto, Genil, que de las nieves se desata… Sus corrientes por él cada cual tr…
Llegué, señora tía, a la Mamora, donde entre nieblas vi la otra mañ… desde el seguro de una partesana, confusa multitud de gente mora. Pluma acudiendo va tremoladora
Dulce arroyuelo de la nieve fría Bajaba mudamente desatado, Y del silencio que guardaba helado En labios de claveles se reía. Con sus floridos márgenes partía