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Soneto CLXVI, Mientras por competir con tu cabello

Análisis

Luís de Góngora y Argote nació en Córdoba en 1561 en una familia noble y murió en Córdoba pasando penurias económicas por deudas de juego en 1627. Aunque escribió poesía popular destaca como representante del culteranismo, acumulando numerosos recursos en su afán de renovar el lenguaje literario. Su utilización extrema de la metáfora, de cultismos e hipérbatos hace que su poesía sea difícil. Busca la belleza con un lenguaje poético, culto y sorprendente y que dará origen a un estilo personal, el gongorismo, seguido por muchos poetas posteriores. El poema de Góngora habla de la belleza de su amada a la que advierte que el tiempo pasa y que goce de su juventud, de su belleza, antes de que llegue su vejez y con ella la muerte. Por este tema tratado el poema pertenece a la poesía lírica de Luís de Góngora del Siglo de Oro.

En cuanto a la estructura formal el texto está constituido por catorce versos endecasílabos de arte mayor que permiten su división en cuatro estrofas. Los dos primeros son cuartetos entre los que se establece una rima consonante de los fonemas (-ello) en el primero, cuarto, quinto y octavo, (-ano) en el segundo, tercero, sexto y séptimo. Los dos últimos son tercetos que riman de forma consonante entre los fonemas (-ente) en el noveno, undécimo, decimotercero (-ada) en el décimo, duodécimo y decimocuarto. La combinación de estos dos cuartetos y estos dos tercetos constituyen un soneto que determina el tipo de estrofa que presenta este poema.
   
En cuanto a la estructura temática el poema se puede dividir en dos partes: por un lado los dos cuartetos y por otro los dos tercetos. En la primera parte se puede apreciar la descripción física de su amada aludiendo a su belleza, concretamente habla de su cabello, su frente, sus labios y su cuello para lo que emplea diversas metáforas. En el primer cuarteto identifica el cabello (término real) con el oro bruñido, es decir, brillante (término imagen) cuya semejanza es el rubio luminoso de su cabello, el cual según expresa Góngora hace competencia con el relucir del sol de forma también metafórica. Se aprecia otra metáfora cuyo término real es su frente y el término imagen es el lirio bello en razón de la semejanza del color blanco y puro de ambos, transmitiendo que su blanca frente eclipsa y supera en belleza y resplandor a dicha flor. En el segundo cuarteto se establece una metáfora que transmite la belleza a sus labios con deseo de ser besados por cualquiera que los prueba. Los labios son el término real y el clavel temprano el término imagen el cual ayuda a expresar la pureza, el despertar de las cualidades de una mujer que dejan atrás a las de una niña.

Describe su cuello destacando su lozanía, su transparencia, su juventud que expresa mediante una metáfora, ya que identifica la pureza del agua cristalina al igual que su armonía con dicha parte del cuerpo. Otras figuras retóricas que emplea Góngora son los hipérbatos introducidos a su vez por la misma palabra por lo que se dan dos recursos unidos. Los hipérbatos, es decir, alteraciones del orden sintáctico lógico en la oración. Estos se localizan en los versos impares, pero este cambio de orden también continúa en los versos inmediatos. Ejemplo: Mientras por competir con su cabello oro bruñido al sol relumbra en vano, cuyo orden lógico sería: Mientras el oro bruñido relumbra en vano al sol por competir con tu cabello.

El segundo recurso del que hablábamos antes es la anáfora o repetición de la misma palabra al comienzo de verso, en este caso se trata del adverbio “mientras”. El autor utiliza esta palabra para intensificar y recalcar la simultaneidad del tiempo paralelo a su belleza instándola a que disfrute de ella (Carpe Diem). También predomina el empleo de encabalgamientos, es decir, ruptura del ritmo sintáctico por razón del ritmo métrico; provoca que el sentido de la frase se complete en el siguiente verso, como por ejemplo: y mientras triunfa con desdén lozano del luciente cristal tu gentil cuello, se trata de un encabalgamiento suave que facilita la introducción y desarrollo de los hipérbatos y las metáforas.

La segunda parte constituida por los dos tercetos habla de la rapidez del tiempo (Tempus Fugit) unido al Carpe Diem, es decir, invita y anima a su amada a disfrutar del momento presente, de su juventud y de su belleza porque con la llegada de la vejez, esas cualidades perderán su intensidad junto con la llegada de la muerte. En el primer terceto se unen las metáforas de la primera parte de forma clara y alegórica, es decir, continuada. Los términos reales que son sus cualidades físicas, juveniles son las que resalta el autor como significativas en su mocedad a la que él designa como “la edad dorada” e invita a la amada a gozar de ella, se podría decir que en este terceto predomina el tópico del Carpe Diem. En el segundo terceto se da una metáfora identificando la muerte (término real) el cual no aparece, por lo que es una metáfora pura, con plata o viola rota, es decir, la intensidad decrece hasta llevar a la muerte. Entre otros recursos líricos predomina en el primer terceto una correlación o correspondencia entre una serie de elementos que son los términos reales e imágenes de las metáforas de descripción en la primera parte, (cuello, cabello, labio y frente con oro, lirio, clavel, cristal luciente).

Se observa una aliteración, es decir, repetición de uno o más sonidos, generalmente consonánticos. En este caso de la “l” para favorecer la expresividad del texto (oro, lirio, clavel, cristal luciente). El segundo terceto está introducido por un hipérbaton cuyo orden lógico sería: tú y ello juntamente se vuelva no solo en plata o viola troncada mas en tierra, en humo, en polvo, en sombra, en nada. Haciendo referencia esta última serie de sustantivos se aprecia una gradación decreciente, sucesión de varios términos ordenados en grados según su significado que el poeta utiliza para facilitar la comprensión del Tempus Fugit, la llegada de la muerte y su percepción ya que al tratarse de un poema barroco, utiliza y expresa el pesimismo presente en aquella época.

Como conclusión podemos señalar la diversa adjetivación ya que con ella el autor completa la información que ofrece el sustantivo y matiza su significado aumentando su expresividad (lirio bello, clavel temprano, desdén lozano, luciente cristal, gentil cuello…) y la presencia de epítetos como oro bruñido que insiste en lo propio del sustantivo. En cuanto a las formas verbales predomina el presente de indicativo (relumbra, mira, siguen, triunfa…) cuyo valor normal es el actual, lo que acerca la acción al lector y ayuda a la descripción. Se observa un mandato o imperativo (gozad) para invitar a la amada a exprimir el momento. Múltiples son las personificaciones del autor (oro bruñido al sol relumbra, mira tu blanca frente el lirio bello, triunfa tu gentil cuello…) se le dan cualidades humanas a seres inanimados para intensificar y facilitar la comprensión, además de favorecer la estética del poema. La actitud literaria propia de este soneto es lírica ya que el autor utiliza la connotación, abundantes figuras retóricas para expresar sus emociones y su perspectiva con respecto a la joven amada, además carece de progresión temática, el autor separa las mismas inquietudes matizándolas e insistiendo en ellas. Se aprecia en esta actitud un punto de vista barroco ya que predomina el desengaño y el pesimismo en oposición al optimismo del Renacimiento.

Referencias
Carolina Navarro - Departamento de Lengua y Literatura, Colegio “La Merced”
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