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Entre domingo y lunes

...Pero no fue así, el Dios del cielo que siempre estaba pendiente de cada una de sus estrellas iluminó sus tibios deseos para que crezca fuerte y lujurioso.El poderoso y altivo astro, guardaba en su interior un sudor tímido y una soledad de millones de años de años luz.
Cada noche, rutinariamente, se escapaba de la mirada de los extraños para espiar a su diminuta amante pálida, que haciéndose la distraída dejaba alcanzarse por los rayos de cariño amarillo y ponerse a jugar con las olas de mar.
La noche más fresca de todas, él se le acercó perspicaz y con un vocecíta tan cálida, tan cercana que prácticamente la dejó sin aire, le sopló caricias de fuego y orquídeas de pensamiento.
Aquella noche estelar, un diluvio de cometas cortó la penumbra del infinito, y permanecieron unos instantes en el extremo del universo cantando las notas armoniosas de la música celestial.
Cada año se encontraban en secretos parsecs soñados, se pintaban con nubes de polvo cósmico y viajaban en nebulosas doradas.
Pasaron millares de sonrientes asteroides y risueños meteoritos de emoción, para que se vuelvan a encontrar en un abrazo furtivo en el valle del cosmos y explotar en un halo de pasión, irradiando su magia creativa y su eviterno carisma.
Siendo así, el Dios del cielo su celoso hacedor y guardián de su perpetuo calor...

Piaciuto o affrontato da...
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