¿Y si contemplamos el mar?
Entre vinos y volcanes
El merlot en tu corazón enciende tu mejilla
en tus labios entreabiertos un gemido ferviente
como el aliento abrasador de un volcán hirviente
bajo el blanco rielar tus cachetes de frutilla
en el conticinio tu pupila es la que brilla
vuelvo a inspirar tu silencio paciente
para el soñar y deleite te abrazo muy fuerte
es mi anhelo nomas chapotear por tu orilla
porque este loco lindo de porfía pertinaz
gusta a esta distinguida mujer sublimar
y atrapar como el viento tu fragancia fugaz
como una tierna planta no te quiero esquilmar
y aunque digas que no para mí es un solaz
sentarme a tu lado y contemplar el mar
Soneto alejandrino
