Los Hermanos Castro, cinco, de alabastro, de gran trayectoria musical historia. Monarcas del canto

Andrés está muy a gusto con su cuate Adán Augusto tabasqueño, su paisano, también un López, su hermano. Ser que, del todo falsario,

Un guajolote compraron el Día de Acción de Gracias, costumbres de aristocracias, primero, bien lo engordaron después lo sacrificaron;

De agua dulce la Sirena habitaba el Río “El Salto” viviendo en el sobresalto por su belleza suprema y un secreto por emblema

De pecho amarillo, crema del América, desde muy chiquillo ha tocado esférica. En campos de seda

La Danza de los Viejitos, bastones, máscaras, mitos, con su traje peculiar lucen, brillan a radiar. Que lindos esos atuendos

Rima con Fuente Ovejuna, masacres van una a una en Coyuca de Benítez de cárteles en convites. Sus terribles felonías,

Estos versos van de entrada, el viento no le hace nada, tirolesa austriaca buena de Janitzio hasta Tecuena. La fila se desespera

López no tiene escarmiento, desconoce o finge, al menos, todo lo que padecemos el global calentamiento y nos lleva, así, sin tiento

Esta verdad sí que inquieta, no tiene la culpa el chairo de echar maromas a diario sino el que le da croqueta, su atole y no lo respeta,

Que infame Manuel Espino, exdiputado cretino del yunque va a la ocurrencia y no nos tiene clemencia. Suelta el verbo nada parco

Otra vergüenza de López que ya habla como los muppets, dijo en lerdo bla bla hablando: “nos estamos “venezolando”. Y, sí, ya ni la despista,

Aunque te enmuines, respingo, fui a la marcha este domingo clamando al son de: “a eso vine para defender al INE”. Marché con toda decencia

Andrés da otra desbarrada de manera desfasada ya condecoró a un tirano igualito que él, su hermano. Por la estulticia se peca,