Cargando...

Ni el Cronos de mi tiempo

¿Tanto costaba un abrazo?

Cual compases a veces la vida tiembla a dos ritmos.
No basta mirar el propio, también el predefinido.
Uno corre solo; retumba, de pronto se aleja,
y la moraleja sería al fin dominar el mío.
 
Pero no es mío, bueno, al menos así lo siento,
es ajeno como cualquier artista en un concierto
que por más fuerte que tape el hoyo de este silencio,
un par de horas bastan para el final de este recreo
 
Recuerdo aún el día que mi madre me decía
“Hijo mío, cada uno avanza a su propio tiempo”.
Y si no me siento Cronos ni siquiera de mi ritmo,
creo que lo relativo es mi raciocinio en este verso.
 
¿Qué quieres tú? ¿Qué? ¿Por qué me haces pensar esto?
¿Tan difícil es acaso acomodarte a mi avance?
Una semana para ti sería algo entre tantos restos
mientras aguantar solo eso casi se va de mi alcance.
 
No me digas que me calme si me palpitan los ojos.
No me hables ni siquiera de tomármelo con calma.
Para ti será tan fácil razonarlo en un minuto,
mientras yo dependo de más de un par de horas en llamada.
 
No soy Cronos ni siquiera de un simple reloj de arena.
El contexto de uno es bajo, me resbalo en tu muñeca.
¿Y si te pregunto hora, acaso harías el esfuerzo?
¿O solo revisarías el bolsillo de este infierno?
 
No me tientes, pues si he intentado dominar mi tiempo,
unos días soporté, era un oasis en desierto.
Mas llegó la noche, y me enfrió con sentimiento
a tal punto de ausentarse como un simple “te quiero”.
 
Yo sí estimo, pero a veces solo me siento perdido.
No soy prueba de sonidos y si tengo mil lamentos.
Pero me alegro con el hecho de haberte conocido,
como suficiente sacrificio de mi perdida en el tiempo.
 
GFRC

Preferido o celebrado por...
Otras obras de Gonzalo F. Rosales...



Top