Cada dolor inscrito en mis entrañas se aglutina y se reaviva, mientras mi estupidez lasciva y gloriosa cede el paso a la sensatez... y acaricio lo que valoro, sin tener que usar más el cincel.

Soy un árbol, mi copa amplia se quedó sin una rama. Todavía ardo en dolor. Mis lágrimas, cristalizadas en resina, se resbalan y recubren un vacío que no tendrá nunca tu olor. De la rama apartada, mi cincel juega a hacer virutas de distinta forma y color. Lanzo las virutas a esta hoguera bendita en la que se quema lo que ya no quiero recordar yo. El fuego me dará calor, transformará al miedo en algún tipo de verdad. Dará paso a un perdón y hará espacio para nuevos sueños e ilusiones, con vibraciones de atardecer, con horizontes que ver.

Las cenizas sanadoras teñirán mis manos y toda mi piel, escribiendo historias alentadoras para disfrutar del sol otra vez. Una lluvia dulce impregnará mis raíces y mi cuerpo, para alejar la amargura. Veré brotar hojas nuevas que no crecerán con el mismo padecer.

Las hogueras purificadoras necesitan honestidad. El amarillo, el rojo, el azul... están aquí para con su continuo movimiento hechizarnos y danzando llevarnos a nuevas lagunas de paz, que resistan la brisa y equilibren la sal. Para encontrar, con el paso del tiempo, otra nueva oportunidad.

Every pain inscribed in my gut coalesces and revives, while my lustful and glorious stupidity gives way to good sense... and I caress what I value, leaving the chisel away.

I am a tree, my wide crown is left without a branch. I still burn in pain. My tears, crystallized in resin, slip and cover a void that will never have your smell. From the secluded branch, my chisel plays at making shavings of different shapes and colors. I throw these shavings into this blessed bonfire in which what I no longer want to remember gets burned. Fire will warm me, transform fear into some kind of truth. It will give way to forgiveness and will make room for new dreams and illusions, with sunset vibes, with horizons lines of pale blue.

The healing ashes will stain my hands and all my skin, writing encouraging stories to enjoy the sun again. A sweet rain will bathe my roots and my body, to ward off bitterness. I will see new leaves sprout that will not grow with the same suffering.

Purifying bonfires need honesty. Yellow, red, blue... are here to enchant us and dance with their continuous movement, taking us to new lagoons of peace, that resist the breeze and balance the salt. To find, with the passage of time, something else to thrive.