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Intentándolo

“Algo así como una sonrisa asomó a lo que había sido su rostro” A. Ajmatova

Piernas estables y manos sensatas,
mirada cercana sin acariciar,
charla continua, sin pausas, con ritmo
...tratando de agradar y dejar caer lo cotidiano,
lo dulce, lo humano,
sin tocar nada sensible,
ni causar dolores por lo que se pueda rozar,
mencionar,
recordar.
Toca hacer malabares con las palabras...
por las emociones que éstas alzan y elevan,
por las sensaciones que se pueden desencadenar...

Y es que estás hecho de recuerdos, de memorias de fatuas y falsas glorias, de latidos acelerados por triunfos que desataron admiración... para luego caer en el olvido aún más rápido de lo que el éxito llegó. Estás hecho de orgullo y presunción. ¡Son tan pocos los que logran tus hitos! Es tan común sin embargo la soledad y la desolación en la que quedamos todos cuando te desvelan las suficientes lunas llenas brillantes. Es tan triste el frío de la falta de piel rozando la propia, como ausente la luz de las lunas nuevas opacas que nos aturden en las noches sin esplendor. Y esas lunas son tuyas. Así como mías y de tantos. Pero hoy y ahora más tuyas que de nadie.

Pero aquí estoy yo. Y se hace tuya mi voz. Y mis relatos lejanos te dan un sentido y sé que este que te muestro es tu camino, vivido en mi piel y en tu honor. Vientos, lunas, soles, lluvias y dolor. Besos y gritos, hurras y luego ausente hasta el adiós. Quizás haber tocado la gloria hace más anodino el día a día cuando todo se ha alejado y nadie parece recordar aquello más que tu... y quizás yo.

Tu piel, quemada por el sol, me arde. Tu voz ronca y baja estremece mi garganta. Tu mirada limpia y clara me habla del amor que alejaste, pero quedó en tu interior. Cada una de tus luchas las asumo como propias y sin encontrar una forma mejor de cubrir el oleaje, me atrevo a hacerte una confesión. Con un toque ligero y casi impersonal, pero lo suficientemente íntimo como para que me acompañe el rubor. Y entonces, algo así como una sonrisa asomó a lo que había sido tu rostro... y comprendí que aquello nos había acercado. Por un momento tuvimos el mismo latido... por un momento no fuimos dos.

¿Quizás una periodista entrevistando a un deportista de élite varias décadas después de lo que él logró?

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