Me matan si no trabajo, y si trabajo me matan; siempre me matan, me matan, siempre me matan. Ayer vi a un hombre mirando,

Si es que me quieres matar, no esperes a que me duerma, pues no podré despertar. Muerto, ay, muerto y también dormido,

Látigo, Sudor y látigo. El sol despertó temprano Y encontró al negro descalzo, Desnudo el cuerpo llagado,

Tus venas, la raíz de nuestros árb… La raíz de mi árbol, retorcida; La raíz de mi árbol, de tu árbol, De todos nuestros árboles, Bebiendo sangre, húmeda de sangre,

¡De qué callada manera se me adentra usted sonriendo, como si fuera la primavera! (Yo, muriendo.)

De tus manos gotean las uñas, en un manojo de diez uva… Piel, carne de tronco quemado, que cuando naufraga en el espejo,…

Padre: lo único cierto es que tú no estás muerto. Otros, tienen sus dioses, sus amig… otros tienden las manos abiertas hacia verdes promesas imp…

Tus guantes puestos en la punta de tu cuerpo d… y el punch de tu sonrisa. El Norte es fiero y rudo, boxeado… Ese mismo Broadway,

Alta noche en el Cielo... Sosegad… como quien vive (y con razón) cont… sin futuro, presente ni pasado y en blanco el pensamiento, duerme Dios en su nube,

Por el Mar de las Antillas anda un barco de papel: Anda y anda el barco barco, sin timonel. De La Habana a Portobelo,

El árbol que verdece a cada primavera, no es más feliz que yo, de nuevo verdiflor. Las amarillas hojas

He leído acostado todo un blando domingo. Yo en mi lecho tranquilo, mi suave cabezal, mi cobertor bien limpio,

¿Imagina usted, Teresa, cómo arde su rostro grave al resplandor de la suave luz verde en sus ojos presa? ¿Se sabe qué luz es ésa?

Anoche discurrió por nuestras calles como en años anteriores la tradicional procesión de Viernes Santo. Camagüey, que es un pueblo esencialmente religioso, no puede sustraerse a estas p...