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Glosas deste verso: "Quiero la que no ha de ser"

1
 
Si medir yo mi deseo
con lo posible pudiera,
tan libre ahora me viera
cuan sin libertad me veo;
pero pasó mi querer
sin podelle detener,
tanto de lo que se espera
que, dejando lo que fuera,
quiero lo que no ha de ser.
 
El bien que basta querelle
para poder alcanzalle,
el que para en desealle
aún no llega a merecelle.
Así me lo dio a entender
Amor, que pudo hacer
poco todo lo posible,
por donde con fe inamovible
quiero lo que no ha de ser.
 
Merece ser condenado
por grosero el amador
que quiere cerrar a Amor
en término limitado;
y pues para su poder
mil ejemplos hacen ver
que es corto y estrecho el mundo,
yo, que en su valor me fundo,
quiero lo que no ha de ser.
 
Claro está que perdería
gran parte de su valor,
si se sujetase Amor
sólo a lo que ser podría.
Y no alcanzando a saber
a dónde llega un querer,
ni fuera vida el vivir
ni pudiera yo decir
quiero lo que no ha de ser.
 
Encierra un nuevo esperar
en sí la desconfianza,
y así no falta esperanza
cuando más viene a faltar;
y pues podella tener
disminuye el merecer
y la fe pierde su grado,
satisfecho de mi estado,
quiero lo que no ha de ser.
 
 
2
 
Si al sospechoso acrecientan
las sospechas que le dan,
certezas se le harán.
Es cosa en amor muy hecha,
donde no hay hora segura,
el venir siempre en figura
de verdad cualquier sospecha;
pero si el dolor estrecha
a quien sospechas le dan,
certezas se le harán.
 
Vienen con tal desatino
y es tal su naturaleza,
que de sospecha a certeza
no hay un hora de camino,
que al corazón adivino
males que nunca vendrán
certezas se le harán.
 
A la más adversa suerte
resiste un buen amador,
mas la fuerza de un temor
enflaquece lo más fuerte:
no le busquen otra muerte,
que, si sospechas le dan,
aquéllas le acabarán.
 
No se levantan del suelo
un dedo en su nacimiento,
y llegan en un momento
con las cabezas al cielo;
nacen de fuego y de yelo
y, en fin, del lugar do están
muy tarde o nunca se van.
 
Fuerzan a creer de hecho
cualquier manifiesto engaño,
y antes la mentira en daño
que la verdad en provecho.
Al entrar rompen el pecho,
si la entrada no les dan
para el corazón do van.
 
De cualquier ligero viento
suelen nacer y formarse,
y vienen luego a fundarse
sin tener más fundamento;
en llegando al pensamiento,
al corazón llegarán
y allí permanecerán.
 
Y, para que no se sientan,
nunca es parte la razón,
porque ellas el todo son
en el lugar donde asientan;
y si después se acrecientan
por mano de quien se dan,
juzgad el mal que harán.
 
 
3
 
Pues que no se ha de hacer
lo que mi querer desea,
quiero lo que no ha de ser,
quizá con no lo querer
posible será que sea.
 
Pues por derecho camino
pierdo siempre lo que espero,
ya, señora, lo que quiero
no querello determino.
Orden nueva ha de tener
el alma en lo que desea,
quiera lo que no ha de ser,
quizá con no lo querer
posible será que sea,
 
No hay bien que para alcanzalle
me haya bastado querelle
y, para luego perdelle,
basta sólo el desealle.
Y a quien ha de suceder
al revés cuanto desea,
quiera lo que no ha de ser,
quizá con no lo querer
posible será que sea.
 
Así, porque mi servicio
ante vos algo merezca,
procuraré que os parezca
el serviros deservicio;
y que mi extremo querer
no se reciba ni crea
sino por aborrecer,
por ver si podrá valer
para que lo que es no sea.
 
De lo que no os acordáis
será el olvido remedio,
y el callar tendré por medio
para que mi mal sepáis.
Apartaréme de os ver
para que mejor os vea,
y así probaré a hacer
que sepáis lo que es querer,
y que lo imposible sea.
 
De hoy más sirva la esperanza
sólo de desconfiar,
porque ya para esperar
quiero la desconfianza.
Ésta es la que ha de traer
al alma el bien que desea,
pues esperar y querer
cualquier bien que pueda ser
hacen que cierto no sea.
 
Para más presto llegar
alargaré mi camino,
usando del desatino
para poder atinar.
Así quiero pretender
que alguna señal se vea
del bien que no puedo haber,
y que lo que no ha de ser
por razón sin ella sea.
 
Para apartarme del daño
procuraré de dañarme,
y para desengañarme
entraré en mayor engaño.
No veré ni quiero ver
lo que más claro se vea,
ni querré lo que ha de ser,
pues que hace mi querer
que lo que ha de ser no sea.
 
Cuando viere en este mar
mayor peligro y más cierto,
apartaréme del puerto
para podelle tomar.
Y pues es claro de ver
que en atajar se rodea,
quiero lo que no ha de ser,
quizá con no lo querer
posible será que sea.
 
Así en figura mudado
será cuanto digo agora,
mas mí voluntad, señora,
no tiene mudable estado:
que dejaros de querer
no es posible que se vea
ni nadie lo espere ver,
porque nunca vendrá a ser
sino cuando yo no sea.
 
 
4
 
Zagala, di, ¿qué harás
cuando me verás partido?
—Carillo, quererte más
que en mi vida te he querido.
 
Dime, pues fortuna ordena
mi pasión y mi partida,
si será de ti sentida
parte alguna de mi pena;
o si no, siendo partido,
zagala, di, ¿qué harás?
—Carillo, quererte más
que en mi vida te he querido.
 
¡Oh, si, viéndome yo ausente
destos campos y ribera,
te fuese siempre, cual era,
mi pena y amor presente!
Mas temo que, con ser ido,
desto te disculparás.
—No, sino quererte he más
que en mi vida te he querido.
 
Fortuna tendrá poder
para apartarme de verte,
pero del bien de quererte
jamás lo podrá hacer;
mas tú, viéndome partido,
zagala, ¿qué sentirás?
—Carillo, quererte más
que en mi vida te he querido.
 
Dóblame el dolor que siento
de verme apartar de ti
el pensar que sólo en mí
se halla este sentimiento,
y que de verme partido
por ventura holgarás.
—No, sino quererte he más
que en mi vida te he querido.
 
¿Cómo estará asegurado
de tanto bien en ausencia
el que, muriendo en presencia,
temió de ser olvidado?
Temo que, en siendo partido,
por muerto me juzgarás.
—No, sino quererte he más
que en mi vida te he querido.
 
Mira que es grave el dolor
que me causa esta mudanza,
y que a débil esperanza
siempre la vence el temor;
y, siendo así, de tu olvido
¿qué seguridad me das?
—Carillo, quererte más
que en mi vida te he querido.
Preferido o celebrado por...
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