Hernando de Acuña

Soneto de Silvano a su pastora Silvia

Cuando la alegre y dulce primavera
a partir sus riquezas comenzaba,
y de los verdes campos desterraba
aquella estéril sequedad primera,
 
un pastor triste y solo en la ribera
de Tesín gravemente sospiraba,
y vi que en un alto olmo que allí estaba
con un hierro escribió desta manera:
 
«Si, de amor libre, por aquí pasare
acaso algún pastor, cualquier que fuere,
huya desta ribera y deste llano,
 
que, cuando más sin pena se hallare,
si a Silvia la cruel pastora viere,
por ella morirá como Silvano.
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