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Sonetos en prisión de franceses

1
 
Como el poderos ver, señora mía,
me sustentaba sin usar de otra arte,
cuando en segura y reposada parte
Fortuna tanto bien me concedía;
 
así, después que por contraria vía
volvió su rueda, y con el fiero Marte,
sin que cese su furia ni se aparte
de mí, los dos me dañan a porfía,
 
ni su poder ni la prisión francesa,
do por nuevo camino me han traído,
privarán de su bien mi pensamiento;
 
con que no sólo ningún mal me pesa,
mas aun, señora, viéndome perdido,
conozco que lo estoy, y no lo siento.
 
 
                                  2
 
Lo que es mortal padece esta prisión,
que lo inmortal, señora, está en la vuestra;
ésta tiene de mí sola la muestra,
la vuestra tiene el alma y corazón.
 
Por donde yo no hallo por razón
que a Fortuna llamar deba siniestra,
pues ella me guió con mano diestra
a veros y a sufrir por vos pasión.
 
Así de todo el mal en que me ha puesto,
cuando pienso este bien en que me puso,
no sólo le perdono su mudanza,
 
pero aun no estando satisfecha desto,
de cualquier otro mal también la excuso.
salvándose de veros mi esperanza.
 
 
                                       3
 
Cuando contemplo el triste estado mío
y se me acuerda mi dichoso estado,
hallo mi ser en todo tan trocado,
que pensar tuve bien es desvarío.
 
Con mi memoria por mi mal porfío,
pues, si no es esperanza en bien pasado,
y en ella con razón fui confiado,
con muy mayor agora desconfío.
 
Ausencia, de pasiones madre y fuente
junta con el temor de vuestro olvido,
del cual aun en presencia me temía,
 
hacen con fuerza del dolor presente
parecerme, según ya estoy perdido,
que ni fue ni vi entonces lo que vía.
Piaciuto o affrontato da...
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