(1984)
#Mujeres #PremioCervantes #SigloXX #Uruguayos Parvo 1984 De Reino
Cada día es un rayo cegador hundido en tierra, cada instante una perdida gota. Noche a noche algo cambia por una insignia oscura,
Como tras los mullidos ves tres ga… a su trisagio erótico ceñidos, saltar por los tejados, aguerridos como otros d ' Artagnan, Porthos… pasas a depender, no de insensatos
¿Se hieren y se funden? Acaban de dejar de ser la lluvia. Traviesas en recreo, gatitos de un reino transparente, corren libres por vidrios y barand…
La palabra infinito es infinita, la palabra misterio es misteriosa. Ambas son infinitas, misteriosas. Sílaba a sílaba intentas convocarl… sin que una luz anuncie su dominio…
¿Mirar atrás será pasar a ser de sal precaria estatua, un perecer petrificado preso en sí mismo, parte del roto encanto de un paisaje
En el bosque de Borges es oscuro lo claro, lo negro guarda el blanc… lo blanco que es lo múltiple y el… color solar, hasta el aciago negro que el alma infausta reconoce como
Posada la paloma en la pared blanquísima blanca es y reverbera, es de veras, es verbo,
Érase un bosque de palabras, una emboscada lluvia de palabras, una vociferante o tácita convención de palabras, un musgo delicioso susurrante,
Mi homenaje al que plantó cada árbol sin pensar, para siempre. O acaso imaginando al desunido que un día lo convoca,
Quizás no se deba ir más lejos. Aventurarse quizás apenas sea desventurarse más, alejarse un atroz infinito del sueño al que accedemos
Primero te retraes, te agostas, pierdes alma en lo seco, en lo que no comprendes, intentas llegar al agua de la vida…
En una luz verdosa, entre olores v… en un vestido negro como papel que… la abuela se refleja desde la mece… al fondo del espejo. Allí sentada no se hamaca. Cruje.
Si el poema de este atardecer fuese la piedra mineral que cae hacia un imán en un resguardo hondísimo; si fuese un fruto necesario
Y tienen las palabras su verano, su invierno, y tiempos de entretie… y estaciones de olvido. De pronto se parecen demasiado a n… a manos que no tocan
No cantes, Gran Oreja, y no llores tampoco. No mires hacia el lado del gran ár… ni vuelvas hacia atrás,