Loading...

ROJO

Ayer fue muchos colores. Hoy me despierto con un naranja, con una amarilla sonrisa. Mi cuerpo decide limpiarse, limpiar el exterior. El agua corre por mis manos.
Detrás mío, él me pide que le resuelva una duda azul, azul curioso. Le respondí con un violeta incierto pero definitivo. No sé si no le gustó ese color, o si el violeta tenía tonos demasiado cálidos, pero recibí negro en respuesta. Negro rencor, negro queja, negro volcán que se movió dentro mío.
Todo pasó a ser gris. Gris estática, como el de la tele cuando no hay señal. Gris que zumba en los oídos hasta que domina los tímpanos. Gris que marcó un comienzo nuevo, punzante e implacentero.

Él cayó hacia atrás, el gris seguia. Un filo invisible cruza la habitación, el corte es preciso, perfecto, prolijo. Y de repente, rojo.

Rojo el azulejo antes claro; rojos sus ojos, rojos mis ojos de tanto llanto; roja su carne bajo ataque, roja la peor posibilidad ahora cumplida; rojo el trapo que intentaba detenerlo todo; rojo mi grito de ayuda, rojo el nombre de quien me ayudó; rojas mis manos de tanto limpiar el suelo, queriendo limpiarme (qué ironía).

Y me di cuenta que hace tiempo que estoy rojo. Estamos rojos él y yo. Roja era la inevitable caída de lo acordado, rojo era mi corazón censurado, roja la marca de la ausencia voluntaria y repetida. Roja nuestra bipolaridad. Rojo nuestro mutuo reflejo.
Grito al universo, me grito a mi mismo, por favor.
Hagan que pare, hacé que pare.
Quiero entender, vivenciar la plenitud del arcoíris, o mínimamente vivenciar un rosa. No quiero más rojo, que parece infinito. No quiero más rojo conmigo, con él, con nosotros.

Ya no más.

Liked or faved by...
Other works by Nacho Cesar...



Top