Insomnio
escrito el 25/08/2019
No es la primera vez
que me despierto en medio de la noche
y veo lo que mi vida hubiera podido ser.
No es la primera vez
que esa posibilidad
se vuelve una pulsión,
una necesidad.
Quizá sea el hecho de ver, antes de dormir,
mi cama, vacía de piel ajena;
el hecho de creer que las urgencias
pueden detenerse sólo con un beso,
de refugiarme en el confort de mi yo,
como instinto protector,
frente a la multitud hambrienta de fusión.
Creo que llegó el tiempo de decirlo:
yo estoy hambriento también.
Y estoy cansado de encadenarme a la roca
de mi autoestima,
de que mi reflejo sea mi compañero
bajo las estrellas,
de respirar un aire
que me pertenece solo a mí.
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