Cargando...

Protestas de amor

   Sensible guajirita
¿Por qué cuando te miro,
Tu lindo rostro de rubor se altera,
Y tu pecho se agita,
Y lanzas un suspiro
De mi vista ocultándote ligera?
¿Esquivas la ternura
De mi pasión ardiente,
Juzgando que impudente
He de burlar tu cándida hermosura
Porque nací en la villa?
Mi alma, inocente, es como tú, sencilla.
 
   Yo gusto, niña hermosa,
Amar a una doncella
Así, inocente como tú, y cuitada,
Que ría candorosa
Cuando la llame bella
Mi labio lleno de pasión sagrada,
Que tierna me replique
Dudando de me acento,
Y casi sin aliento,
Modesta, su pasión temblando explique;
Que si nací en la villa
Mi alma, inocente, es como tú, sencilla.
 
   Me gusta en la mañana
beber la leche pura
De la cabra que amansa mi cuidado;
Ver la fruta temprana
Que crece en la espesura
De las ramas del árbol que he plantado;
Gustar la miel sabrosa
Que labra diestramente
La abeja diligente
Bajo el abrigo de mi agreste choza;
Que si nací en la villa,
Mi alma, inocente, es como tú, sencilla.
 
   Tendremos un cercado
Donde crezcan mil flores
Que embalsamen el aire con su esencia,
Y no muy apartado,
Pues somos labradores,
Un albergue que hará mi diligencia.
Allí los dos unidos,
Del amor envidiados
Y exentos de cuidados,
Correrán nuestros años bendecidos,
Que si nací en la villa,
Mi alma, inocente, es como tú, sencilla.
 
   Ámame, pues, no dudes
De la pasión sincera
Que tu inocencia y tu candor me inspira;
No, hermosa, te demudes
Si elogio en la pradera
Tu hechizo y garbo en ciudadano lira;
De hoy más en lo adelante
Con tiplecillo blando
Mil décimas cantando
Me verás a tu puerta, ciego amante;
Que si nací en la villa,
Mi alma, inocente, es como tú, sencilla.
Preferido o celebrado por...
Otras obras de Ignacio María de Acosta y Guerra (Íñigo)...



Top