Mamá,
acércate a mi senda,
que no se apague
tu voz
llamándome.
Que ya tu silueta
se aleja,
y tus pisadas
vacilantes
no desean mis veredas.
Mamá
¿dónde está
tu amor de entonces?
Se ausentó
a pasos lentos,
y no te nace más
mi nombre,
ni mi sentir
está en tu seno.
Quizás sea yo
la culpable
de este silencio
que nos cubre,
porque viviendo
aún las dos,
estamos muertas.
Y los abrazos huyen,
y el tiempo
no regresa.
Por eso te pido
madre,
acércate a mi senda.
Ingrid Zetterberg
Poema escrito cuando aún mi madre vivía
Todos los derechos reservados
S.C. Cta. Nº 1107040430657
18 de Agosto 2,016